Ya en la antigua Grecia, los viajeros que llegaban al santuario de Delfos podían leer la inscripción "Conócete a ti mismo". Puede ser que la referencia sea un poco rimbombante, pero siempre me ha parecido que ese lema tiene cierto gancho ya que se encontraba a la entrada de un santuario en el que un oráculo te daba asesoramiento y predecía el futuro... En lugar de poner en el frontón "Sigue los consejos de Apolo" o "El futuro está aquí", parece ser de decidieron poner algo referente a uno mismo.
Esta breve introducción -de pequeño me gustaban mucho los Griegos- la hago para ilustrar lo esencial de conocerse cuando buscamos o exploramos nuevos juegos para nuestro repertorio. Por un lado, a todos hay juegos que "nos sientan bien" y otros que no tanto. Muchas veces es algo horrible, pues se da el "efecto de la fruta prohibida", donde deseamos con fuerza aquello que no podemos tener...
A mi me ocurre a menudo con juegos de mentalismo. Me encantan, veo que son fortísimos, a nivel interno son ingeniosos, quiero hacerlos, pero algo no acaba de resultar... Esto no quiere decir que debamos tirar el juego a la basura, tal vez requiera de unos ajustes a nivel de presentación o conceptualización del personaje, pero desarrollar esa intuición de "conocerse a uno mismo" nos puede ser muy útil para saber cómo abordar juegos nuevos y ver qué modificaciones de juegos pasados le pueden venir bien a los nuevos.
Si quieres saber ejemplos concretos, coméntamelo y le damos vueltas!
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