top of page
davidbestue

Gabi Pareras y la Magia Ficcional


A pesar de que ya han pasado más de cuatro años desde que Gabi Pareras nos dejó, su legado sigue más vivo que nunca gracias al trabajo constante de su círculo más cercano. Quiero comenzar agradeciendo a ese grupo de amigos (Joaquín Matas, Ricardo Rodríguez, Mario López, J.E. Varela, Carlos Vinuesa, entre otros) que han puesto tanto empeño en preservar su memoria y en transmitirnos la magia de Gabi. Mil gracias.


En esta entrada, me adentro en un tema complejo: intentar definir qué es la magia ficcional. La tarea no es sencilla, pues como quienes formaban parte del círculo cercano de Gabi dicen, el mismo Gabi no quiso, pudo o supo llegar a una definición final de este concepto. Me lo imagino frente a la Hidra de Lerna: cada vez que cortaba una cabeza, aparecían muchas más…


El propio Gabi subrayaba la necesidad de una ciencia detrás del arte de la magia, y una de las cualidades fundamentales de la ciencia es precisamente tratar de definir y delimitar cada concepto. A la espera de que el círculo cercano de Gabi nos sorprenda con una nota perdida del mismo que contenga una definición precisa de lo que es la magia ficcional, me atrevo a trazar un pequeño recorrido por su obra, explicando cómo esa idea se cruzó en mi camino y cómo ha ido tomando forma hasta el día de hoy.


Mi contacto directo con Gabi se limitó a breves conversaciones durante conferencias, congresos y cursos. Sin embargo, siempre me quedó claro que era alguien que había reflexionado profundamente sobre todos los temas en los que yo apenas comenzaba a interesarme. Creo que mi primer encuentro con su obra escrita fue a través de "Depuración constante de lo mismo", donde ya se percibe su profundo conocimiento de la magia de Ascanio, la soldadura de movimientos y una construcción sofisticada en busca de la máxima claridad. Algunos ejemplos de este primer acercamiento son juegos como la Dama inquieta, Damas - Comodines o su Anniversary waltz


En un segundo contacto con su obra,  llega a mis manos Alicante Ficcional, donde comienza a tomar forma el concepto que hoy nos ocupa: la "magia ficcional". Este término viene acompañado de una serie de reflexiones y conceptos teóricos, como "la diferencia entre mago y prestímano", "el efecto y el fenómeno", "la teoría del camarero", "el constante presente", "la mancha de azafrán", "trascender el engaño" o "la magia como arte". Todos estos conceptos se agrupan bajo el paraguas de la "magia ficcional", que, a pesar de ello, sigue sin contar con una definición clara.


Al escuchar por primera vez el término "magia ficcional", es fácil suponer que se refiere simplemente a acompañar los juegos con metáforas sugerentes e historias. Aunque esto puede ser uno de sus pilares, es una definición claramente limitada. Como Gabi aclara en sus obras, eso sería más bien "ficción en la magia". Existen muchos ejemplos de este enfoque, como Gaylord Ravenal de Pepe Carrol,  El sueño de los Ases de Jansenson, Reflejos de Kiko Pastur, o Centauros y Sirenas del propio Gabi. Todos buscan transportar el juego a una atmósfera diferente, enriqueciendo o transformando la experiencia mágica.


Sin embargo, con la "magia ficcional", Gabi intenta ir un paso más allá. Su interés se centra en el fenómeno mágico que experimenta el espectador, buscando generar una experiencia mágica diferente, más rica que el mero contraste con el mundo físico. Aquí es donde cobran importancia conceptos como la coherencia en los gestos mágicos y la magia pensada desde el espectador. Ejemplos de estos enfoques, con gestos congruentes y fenómenos sugerentes, son la Transposición en copa de vino, la Prueba de atención o la Flor de Coleridge.


Cuando uno comienza a profundizar en la magia ficcional, se encuentra con una definición que, a día de hoy, parece ser la más aceptada, tanto por su carácter práctico como por el contraste que genera con la forma en que habitualmente concebimos la magia. Esta definición plantea que "la magia ficcional es aquella en la que la idea de 'truco' no está presente ni se sugiere en ningún momento". Este enfoque es especialmente interesante porque permite un contraste con lo que Gabi denominaba "magia realista", representada por Tamariz, que busca el máximo contraste entre la realidad física y el efecto mágico logrado.


Esta definición resulta atractiva por dos motivos. En primer lugar, como humanos, tendemos a dividirnos en grupos y a abrazar dicotomías (izquierda-derecha, Barça-Madrid), lo que nos lleva fácilmente a tomar partido por una u otra visión y defenderla apasionadamente. En segundo lugar, esta definición aporta una herramienta práctica, relativamente fácil de aplicar en la teoría mágica. Ejemplos sencillos de esta aplicación serían evitar dar a examinar elementos diciendo "comprueba que son normales" o eliminar las pistas falsas que hacen creer al espectador que ha descubierto el truco cuando en realidad no lo ha hecho. Hay numerosos ejemplos de magia que aluden al truco para maximizar el contraste, como la Triple coincidencia de Tamariz, el Partagás sell de Tamariz (un ejemplo relevante para más adelante) o las Monedas de mano a mano de Joaquín Matas. 


Los dos pilares mencionados anteriormente —el uso de fenómenos y experiencias sugerentes, y la disolución de la idea de “truco”— son un sustento evidente para proponer una definición de la magia ficcional. En Hasta el amanecer, el último libro publicado sobre Gabi, se destacan ciertos juegos que ejemplifican diversos aspectos de la magia ficcional. Entre ellos, el Partagás sell de Gabi (se puede comparar con el de Tamariz, antes mencionado), la Carta soñada, el Soplo mágico o el Deletreo de la carta por el espectador (aunque no he encontrado vídeos de estos últimos).


Tomando en cuenta estos pilares y buscando la esencia que parece subyacer en estos "juegos fetiche" de la magia ficcional, me aventuro a proponer la siguiente definición: para mí, la magia ficcional es aquella en la que el espectador debe participar o creer activamente en el fenómeno propuesto para que la magia ocurra. Quizás estoy yendo un paso más allá, acercándome a lo que podría llamarse un estilo de "Magia Protagonista". Sin embargo, considero que el rasgo distintivo de estos juegos es que requieren que el espectador acepte el fenómeno y asuma un rol activo para que la magia se produzca. En todos ellos, se da un momento de "¡Ah, ahora lo entiendo!" o "¡Vale, ahora sí!", donde la parte metafórica del fenómeno se fusiona con la completa disolución de la idea de truco. Por un lado, el fenómeno se percibe como más verosímil, ya que el espectador asume un rol protagonista como agente creador del efecto (no como mero ayudante o observador). Por otro lado, la idea de truco desaparece, pues la aceptación del fenómeno por parte del espectador —una decisión personal y sin “truco”— se vuelve parte del elemento causal de la magia.


No es mi intención ofender a nadie al intentar definir “la magia ficcional”. Soy consciente de que no pertenezco al entorno cercano de Gabi y que gran parte de su obra "oral-trasnochada" me resulta ajena. No busco en ningún caso condensar en una frase todas sus aportaciones. Estas líneas han sido un ejercicio personal para asentar conceptos y estructurar mi pensamiento, de modo que pueda seguir incorporando nuevas enseñanzas tanto de Gabi como de otros magos.


Al igual que se han escrito ensayos y tesis doctorales sobre grandes autores, reflexionar sobre la obra de Gabi, destilar las ideas subyacentes e intentar comunicar su esencia es un ejercicio fascinante que, además, representa un acto de amor y respeto. En mi caso, la obra de Gabi —y todo lo que sigue surgiendo de ella gracias a su núcleo de amigos más cercanos— me está siendo de gran utilidad para algo que espero le haría sentir orgulloso: sentarnos a pensar y reflexionar sobre la magia y sus figuras más destacadas.


Sin duda, Gabi lo era.


Gracias. Te echamos de menos.


50 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page